Es probable que si haces atletismo en las comarcas de la Vall d’Albaida o en el valle de Ayora conozcas a estas dos personas. No solamente por ser atletas, sino por la enorme labor que han realizado y van continuar realizando en otros muchos campos. Ambos son nobles, sinceros, personas de palabra, comprometidos con su tierra y sobretodo personas que piensa en los demás.
José Antonio Valles en los años 80 del pasado siglo destacaba en la práctica totalidad de las carreras en las que participaba. Esta mañana en Ontinyent me comentaba que entonces el era el único que corría y que ahora la afición se ha extendido y que las mujeres salgan a correr, algo impensable hace 40 años. Su hijo también es deportista y por allá por donde va José Antonio siempre hay viejos aficionados que lo recuerdan.
Juan Salvador Miralles es músico, persona de bien, comprometido con los valores humanos, amante de la lengua y la ciultura valenciana, apasionado por correr. Ha hecho largos impresionantes, uniendo pueblos. Ha sido alcalde de Carrícola, y creador junto con un grupo de amigos de una carrera que tiene el Benicadell como escenario. Posee el don de la amabilidad. Nos conocimos hace años y descubrí en él la enorme defensa de una sociedad al servicio de todos y sobretodo de aquellos que tienen menos.
Ayora y Carrícola dos pueblos, dos personas, y una misma afición: correr. El atletismo es mucho más que marcas. Une personas y en muchas ocasiones ayuda a conocerte mejor a ti mismo. Y José y Salvador han hecho y harán muchos kilómetros para unirnos en aquello que de verdad vale la pena: el valor de la amistad.
Recaredo Agulló 