Cuando correr era malo para los pulmones.
15 miércoles Abr 2020
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in15 miércoles Abr 2020
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in11 sábado Abr 2020
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inSé que hablar de Cuba en un mundo bipolar no va ser nada fácil. Sé que los defensores de las libertades individuales leerán el texto con lupa, sé que los defensores de la intervención del estado y de la figura del Fidel Castro van a contar hasta las silbas de cada párrafo.
De todas formas creo que el pueblo cubano merece la admiración de los españoles y de los valencianos. El apellido Navarro está muy extendido en la isla. Muchas familias valencianas con este apellido y otros emigraron a Cuba en las primeras décadas del siglo XX.
En la prensa española del siglo XIX son muchas las alusiones en las que los Estados Unidos desea adquirir, tomar, comprar, intervenir o agregar esta isla a la Unión.
Estados Unidos
Los Estados Unidos son un gran país. Admirable. Es un país hecho por agregación a lo largo de algo más de 100 años. Una nación que tuvo su guerra de Independencia y un gran presidente George Washington. Un país que ha dado una pléyade de inventores, investigadores, universidades, escritores, actores, deportistas, profesores todos ellos excelentes.La patria de uno de los hombres que más admiro: Abraham Lincoln.
En 1833 el presidente Jackson hizo una oferta millonaria al gobierno español para comprar la isla. A lo largo de las siguientes décadas la perla de las Antillas será el bien más codiciado para controlar el Caribe. Y de nuevo Estados Unidos ofreció el oro y el moro para hacer de Cuba un estado más de la Unión.
Ni la guerra civil norte-sur, ni el exterminio de los nativos americanos, ni la esclavitud de los afroamericanos, nada detuvo los deseos de los grandes trusts estadounidenses para hacerse con esta tierra.
La guerra contra España por la posesión de la isla quedó claro que iba a ser el recurso utilizado por el capitalismo yanqui, así que lo primero es comprar a la prensa y luego involucrar al gobierno. Dicho y hecho.
La batalla de la bahía De Santiago fue el resultado. La generación del 98 acaba de nacer.
España tuvo ocasión de haber actuado de otro modo. Le faltó habilidad y le sobró patrioterismo y chulería. Mientras los grandes terratenientes se enriquecían con la caña de azúcar, las maderas, el café, y el tabaco. Mientras ello pasaba las familias españolas y valencianas veían como se embarcaban miles de soldados que muchos de ellos ya no volverían, otros lo hicieron, en ocasiones mutilados, enfermos, o destrozados para el resto de sus vidas.
3000 pesetas
Y mientras tanto las madres y los padres lloraban la muerte de sus hijos. Los hijos de los ricos pagaban 3000 pesetas y en su lugar iba un hijo de la España pobre.
Así fue y así pasó.
La llegada al puerto de Valencia de los soldados moribundos eran sobrecogedoras. Bajaban de los barcos enfermos de malaria, ciegos, cojos, y mientras ello acontecía tocaba la banda de música la marcha real.
Luego muchos de esos soldados morían mendigando por las calles de la ciudad del Turia.
Tío Sam
En Cuba se recibió a los estadounidenses con los brazos abiertos. El Tío Sam era la libertad. No tardaron nada en darse cuenta que las cosas no iban a ser así de fáciles y los intereses económicos de los poderosos iban a convertir esta isla en una sucursal donde hacer negocios y donde ir a pasar las vacaciones y gozar de un status especial. Para ello hacía falta tener un gobierno títere, como tantos otros del Caribe.
Fidel Castro
La vida se hizo dura y las desigualdades crecieron. El malestar se instaló entre parte de la población y la figuras de Fidel y el Che Guevara entraron en la historia.
La España franquista mantuvo una relación más que cordial con la Cuba. Cuba, un país que se había forjado en una lucha sin cuartel pensó que el socialismo y la Unión Soviética eran su única salvación. Así que la dictadura del partido único fue un hecho.
Fraga Iribarne
Fraga Uribarne, ministro destacado del gobierno de Franco, contó siempre con la amistad de los dirigentes cubanos y ello propició que en la isla se instalaran varios empresarios españoles.
La llegada de Kennedy al poder pudo haber sido un buen momento. Los misiles soviéticos y los barcos soviéticos dirigiéndoselo hacia Cuba supusieron una semana de incertidumbre para el mundo. Una nueva guerra sobrevoló el planeta.
Y el pueblo cubano? Creo que aquí está las raíz de esta isla. Negros, blancos, europeos, españoles, creyentes, ateos, criollos, mujeres, hombres, forman una koiné excepcional. No sé si es el clima, si son sus raíces, si es el hecho de considerarse en este combate como David frente a Goliat, no lo sé pero sean pro Fidel o pro Estados Unidos poseen en su conjunto, una alegría contagiosa, una solidaridad que está por encima de las creencias o ideologías. Un pueblo con profundas raíces latinas y al mismo tiempo con una atmósfera caribeña que ojalá consigan salir adelante sin derramar sangre, abriendo las puertas a la autocrítica y sobretodo que se sientan queridos y respetados, sin caer en la vanagloria ni en la idolatría al Estado.. Un pueblo el cubano que ha sufrido mucho y que merece vivir con la misma dignidad y esperanza de felicidad que cualquier otro pueblo. No quiero terminar sin calificar con la máxima nota sus esfuerzos hechos en educación y sanidad.
04 sábado Abr 2020
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inHace unos días, el 29 de marzo, se rememoró la celebración en València del Primera Marathon Popular que organizó la Sociedad Deportiva Correcaminos en 1981. En aquella carrera llegaron a meta 640 atletas de los que 7 fueron mujeres. Antes en la provincia de València se disputaron varios campeonatos de España de maratón en ciudades como Algemesí, Sueca, València y Paterna. En estas carreras el número de participantes no superaba la veintena.
Lo que pasó el 29 de marzo de 1981 no tenía nada que ver con esos campeonatos de España de 42195 metros. Era un tiempo nuevo. Si en el pasado el corredor valenciano de Marathon era un hombre del campo que trabajaba en la siega y que corría de Algemesí a Sueca para sembrar arroz o recoger naranjas, ahora el corredor de maratón es un hombre de la ciudad, un oficinista, un vendedor, un empleado de banca, un profesor de instituto, un camarero, un bombero, un policía municipal, un portuario, un abogado, una muchacha que estudia magisterio, un taxista, un médico, un conductor de autobuses, un vendedor de lámparas….
La sociedad española ha cambiado mucho en los últimos años y el sector servicios se ha impuesto.
Todo transcurría en el mejor de los mundos posibles
Todo transcurría en el mejor de los mundos posibles. València en 1989 celebraba 30 carreras al año, algunas de ellas como la Volta a Peu, que data de 1924, reunía a miles de atletas, otras como el maratón o la marathoniana que servía de test superaban el millar largo. Las marcas en maratón no era nada malas, máximo si las comparamos con las actuales. Una decena de atletas bajaban de las 2 horas 20 minutos: Paquito Ribera, Luis Adsuara, David Julià, Jorge Juan Sempere, Diego Sanchez, Eduardo Alcaina, Ismael Gómez, Carlos Queralt, y una mujer Mónica Pons hacia 2:27:53 y era olímpica.
Valencia se proyectaba en el firmamento de las carreras y cada año aumentaba la participación y el número de carreras. En el 2008 con el inicio de la crisis se produjo la eclosión de la presencia de las mujeres. En las distancia de 5K y 10K año tras año el porcentaje de mujeres no hace más que crecer. En las pasadas ediciones de la Volta a Peu a València, la San Silvestre y en la Carrera de la Cruz Roja la participación femenina supera a la masculina.
El mundo del running mira a València
Las últimas ediciones de la media maratón y el maratón Trinidad Alfonso merecen el aplauso unánime del atletismo español y mundial. València se sitúa entre las mejores. París, Londres, Berlin, Nueva York, Boston nos miran con respeto y admiración.
Llevábamos 39 años.
Desde hace tres semanas todo ha cambiado en el mundo del running y un tiempo incierto se ha abierto paso. Los Juegos Olímpicos de Tokio han sido aplazado para julio de 2021. Todos los grandes eventos deportivos previstos para los próximos meses también han postergado su fecha de celebración, en ocasiones a la espera de conocer la gravedad de la enfermedad que se expande como una peste bíblica. Hemos descubierto que somos vulnerables.
València el paraíso de las carreras a pie
València no es solo la tierra de las flores y de Paquito el chocolatero, València es el paraíso de las carreras. No hay pueblo por pequeño que sea que no se sienta orgulloso de su carrera.
España desde hace décadas mira a València y nosotros nos sentimos orgullosos y tratamos de explicarles que tenemos un clima excelente, una orografía especial, una larga tradición, un cauce del río Turia que vértebra una ciudad, unas fiestas como las fallas o los moros y cristianos que nos hacen amar la vida en la calle.
La luminosidad de los cuadros de Sorolla, el humanismo de Luis Vives, la pasión de Blasco Ibáñez por su tierra, la emoción de las bandas de música de cada pueblo, el juego ancestral de pelota a mano de nuestras calles y trinquetes, el olor a pólvora y la celebración de la fiesta para gozar de la vida son y serán nuestras señas de identidad, más las carreras a pie. La primera de la que tenemos constancia data del 30 de enero de 1810 cuando la ciudad vive momentos de angustia y esperanza.
La clase médica se ha puesto la misma bata
El combate en estos momentos es de una virulencia extraordinaria. La lucha de la mayor parte de la sociedad es ejemplar. La clase médica se ha unido dando una lección que muchos deberían tener en cuenta. Médicos de ideologías distintas: anarquistas, comunistas, socialistas, independentistas, conservadores, liberales, nacionalistas, se han puesto la misma bata. Mujeres de la limpieza, repartidores de alimentos, taxista, agricultores, maestros, celadores, enfermeras y miles más de personas han unido sus fuerzas, dejando a una lado sus intereses particulares, para derrotar a un enemigo que no lleva uniforme, que no tiene cara, que no canta ningún himno, pero que ha logrado amedrentar a todos los jefes de estado que hace dos telediarios se reían de esta pandemia.
He corrido muchas carreras, unas en pista y otras por asfalto o por la montaña, me gustaría que las siguientes generaciones pudieran seguir corriendo. Me gustaría que pudiera correr para ser felices como miles y miles de valencianos y ciudadanos de todo el mundo somos felices cuando salimos a correr un rato.
Estamos corriendo la carrera más importante de nuestras vidas.
03 viernes Abr 2020
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inLa prensa valenciana del año 1867 reprodujo en sus periódicos las primeras noticias que se tienen sobre los velicíferos, que así llamaban a las actuales bicicletas, que recorrían Paris en la primavera de aquel año
De este modo lo reseñaban:
Desde la primavera empezaron a circular, no solo por el campo de Marte, sino por las calles de Paris, unos aparatos compuestos de dos ruedas de hierro muy ligeras, que obedeciendo a un movimiento giratorio impuesto por el movimiento de rodillas de la persona que ocupaba un pequeño asiento colocado sobre las ruedas, le llevaba rápidamente a voluntad. Estos aparatos llamados velocíferos, lucían alarde de ligereza atravesando los boulevares, la Rue Rivoli y los puntos más concurridos de carruajes, girando entre ellos y atravesando por delante los tiros que más corrían.
02 jueves Abr 2020
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inEsta historia está tomada de la prensa valenciana del año 1867. Al leerla creo que vale la pena darla a conocer. Puede entretenernos y saber más de este deporte tan grande. En las siguientes líneas transcribo literalmente el texto.
«Las personas que acostumbran viajar por el ferrocarril americano que va de Paris a Versalles, han notado hace mucho tiempo a un hombre de más de cincuenta años de edad que sigue a la carrera el gran ómnibus de este camino de hierro, arreglando su velocidad a la del vehículo, sin dejarse nunca adelantar.
Este corredor, que está ordinariamente cerca de la estación de la plaza de la Concordia, sale a la señal dada, llega y se detiene al mismo tiempo que el ómnibus. A la vuelta, sale de Versalles con el coche que él había seguido y entra en París siguiéndoles también.
Hace más de treinta años que este hombre, que era, dicen, corredor en tiempo de Carlos X, se dedica a tan singular oficio, que no parece cansarse de ningún modo. Jamás se le ve sofocado.
Aseguran que este mensajero dice a quien quiere oírle que ha vendido su cuerpo a médicos que se lo han pagado por adelantado, y que se proponen examinarlo después de su muerte, para tratar de descubrir la organización particular que le permite hacer sin cansarse marchas tan largas, tan rápidas y tan continuas.