Hace 102 años València, España y Europa vivieron una situación muy semejante a la que en el presente vive la sociedad valenciana.

A partir de finales del verano del año 1918 los médicos observaron que la gente comenzaba a enfermar y a morir. Entonces se acuñó la palabra grippe, así escrita pues venía de Francia donde ya estaba documentada con anterioridad.

El problema fue que la sociedad se dividió en dos, los que pensaban que la solución estaba en las procesiones y los que consideraba que había que confiar en la medicina. La facultad de medicina de València gozaba de un prestigio enorme. Los médicos investigaban, dentro de sus posibilidades, y la facultad ya apostaba por la práctica del ejercicio físico, la higiene, los baños de sol, lavarse las manos antes de las comidas, algo que la población no tenía asumido, y el excursionismo.

El deporte se vio tremendamente afectado, se suspendieron decenas de actividades: partidas de pelota, partidos de fútbol, carreras de ciclismo, carreras de a pie, carreras de motociclismo, carreras de caballos, etc.

Ese año se tenía que haber celebrado la Segunda Olimpiada Valenciana, tras el éxito de la de 1917 en la plaza de toros, así que el deporte tardará más de dos años y medio en recuperar la normalidad, hecho que acontecerá a principios de 1921.

Al final de la Gran Guerra (diciembre de 1918), Europa estaba devastada, València se había beneficiado gracias a las exportaciones de cítricos, que fueron uno los factores que los médicos señalaron para combatir la enfermedad. Vicente Blasco Ibáñez apoyaba a Francia, mientras que la prensa conservadora estaba a favor de Alemania.

El deporte y en especial el atletismo vio como se suspendían las carreras en los pueblos. Los entierros de niños, mayores y ancianos entraron a formar parte de lo cotidiano. La tristeza, el miedo, la angustia, el luto, el llanto de los padres, … invadieron la atmósfera. Familias enteras se desplazaron al campo, a casas aisladas. Fue la gran estampida.

Finalmente y lentamente se superó la pesadilla. Los medicamentos, la alimentación y la higiene fueron las armas contra el mal, y los años veinte sirvieron para que el deporte fuera la actividad que los caracterizó y entre estos sports las carreras a pie. Este año de 2020 se asemeja mucho a 1918, entonces salimos adelante y ahora también lo vamos a hacer. Tenemos que volver a correr y a amar cada una de nuestras carreras y de nuestro pueblos.