Ayer 2 de Octubre el diario Levante el Mercantil Valenciano me publicó un texto que le había enviado el 1 de Octubre. Una vez más agradecer a Cayetano Ros y a todos los amigos de LMV la amabilidad que tienen con mis textos. En él hablamos de Prudencio Esteban, el presidente desde hace décadas del club Peus Lleugers de Xirivella. Prudencio llegó a la carrera a pie como tantas y tantas personas, atraído por la nobleza de este deporte.

Prudencio vive en Xirivella, una localidad del extraradio de Valencia, donde los emigrantes de los años 50 y 60 se asentaron. He hablado con Prudencio en muchas ocasiones y es por ello que podía contaros los maratones en los que ha tomado parte, su colaboración con otras carreras poniendo vallas en las calles, hablando con los impacientes, animando a la gente a correr, atendiendo a los niños, por cierto sus nietos lo adoran. En la Media Maratón de Xirivella, que este año se disputa el 5 de noviembre, desde hace años los amigos del Peus Lleugers tienen un detalle con todas las mujeres que participan. Prudencio es un caballero, es un hombre que mira a los ojos, que siente la vida, que se da a los demás, que es recto en el sentido noble de la palabra, que no se casa con los dogmáticos, con los que dicen que fuera de su ideología no hay salvación, no se casa con los salvadores de patrias que ahora tanto abundan. Vamos un hombre excepcional.

El pasado viernes en la II Gala del deporte de Xirivella recibió el premio que se merecía. Todos los clubes deportivos estuvieron de acuerdo en otorgarle la máxima distinción posible. Prudencio en compañía de su mujer, de sus hijos y nietos subió a recoger el galardón en medio de una ovación atronadora.

En el año 2008 Prudencio fue invitado por el presidente de la IAFF a estar en la gala mundial del atletismo en Montecarlo. Durante la celebración del Mundial en pista cubierta,  celebrado en Valencia en marzo de 2008, Prudencio fue el encargado por la federación de atletismo de la CV que presidía entonces Vicente Revert de acompañar al presidente de la IAFF a todos los sitios. Fue su chófer particular, la persona que le enseñó la ciudad de Valencia, que le habló de los valencianos y sus costumbres. Su buen hacer, su amabilidad, su pasión por Valencia, su discreción a la hora de hablar de sí mismo, hicieron que un día llegara al domicilio de Prudencio la invitación a este acontecimiento. Allí conoció a todas las estrellas del firmamento atlético y bailó con Isibayeba: Una mujer guapísima, alta y que atraía la mirada de todos, me dice. No te puedes imaginar los atletas que había allí y como me trató el presidente, concluye.

Querido amigo Prudencio, el presidente te trató como se merecen las personas como tú.